Soy un nostálgico. Así que las cartas manuscritas que he recibido a lo largo de mi vida forman un atillo guardado en un cajón. Esta mañana he abierto el buzón para vaciarlo de la publicidad acumulada las últimas semanas. Entre mierda que te promete abaratar tu fibra óptica o un blanqueado dental que ni la lejía, un sobre manuscrito e inmediatamente después una erección que ha hecho que mi vecina del segundo suba a su casa pensando que soy un cerdo pervertido. Lo he dejado estar. No era plan de ir corriendo detrás a explicarle que es el pasado lo que me la pone dura.
Deja un comentario