Vino muy preocupada a contarme que en su última mudanza perdió, entre otros libros, «el caballero de la armadura oxidada», «juan salvador gaviota» y «el principito» Parecía creer que la vida intentaba decir algo con estas pérdidas y que yo podría ayudarle a entender què significaba. Escuché durante largo tiempo. Ella estaba francamente afectada y yo no sabía qué decir. Acabamos la cochinita pibil y serví café. Sólo entonces dije: mira, a tí te gusta creer que es la literatura lo que siempre te ha salvado de la muerte pero yo creo que ha sido más la pereza; así que puedes estar tranquila: no va a pasarte nada.
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