Mi Doc dice que el problema no es que sea una psicópata. Que el problema está en que no me acepto a mí misma. Así que esta noche durante la rutina de descuartizamiento del cadáver y, después en el muladar cuando me deshaga de él, me ha pedido que escriba en un cuaderno mis sentimientos para tratarlos en la próxima sesión.
Me gusta su enfoque, aunque el pobre me da pena, desde que comenzara la pandemia al día de hoy está mucho más estresado.
Ya comía aguacates en 2000 cuando nadie los comía y tenía que ir a tiendas “latinas” a buscarlos. ¡Hijxs de putx! ¡Me habéis jodido la vida! ¡Dejad de comer aguacates! Ahora casi todos son iguales, esto es, malos y cuestan como si fueran excelentes. Además nos estamos cargando cultivos esenciales (maíz principalmente) en los países productores.
Creo en el consenso, que a estas alturas de la película es como seguir creyendo en los reyes magos, así que como la vida está tan rara este año le he escrito una carta a los reyes que conozco – los cuatro de aquí, a Pelé y a los de Países Bajos- y les he pedido, entre otras cosas, un par de kilos de aguacates como los de antes.
Aunque sigo pensando que la única dieta medioambientalmente aceptable es el canibalismo. Eso sí es hacerle un favor al planeta.
Hazlo por el planeta: cómete a alguien.
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