Categoría: Historias exageradas

Relato de ficción.

  • Nosotras no moriremos de amor.

    En el colegio que tenemos al lado de casa lxs niñxs entran y salen de clase mientras por los altavoces les ponen una canción pop y no aquel timbre que tenían todos los colegios en Madrid y que sonaba a alarma de emergencia. Soy incapaz de recordar si el curso pasado entraban con timbre o ya les ponían una canción,  pero este año la canción elegida me tiene fascinada. Entran a clase con “Girls just want to have fun” de Cyndi Lauper. Un éxito del curso 83/84. Una fantasía. 

    Una puede estar recibiendo el alta hospitalaria un dia y bailando al dia siguiente. Y al contrario: bailando hoy e ingresando mañana. No sabes. A veces solo estás a un TAC de diferencia. 

    Y no es el amor Lope. Es la vida. Que hace que el cielo en un infierno quepa,  y un mismo cielo, un infierno desborde. El veneno por licor süave puede dártelo cualquiera. Eso es así. Luego baila. Siempre que puedas baila. 

    Este verano un equipo de arte bailó detrás del teatro Arriaga bajo la lluvia mientras resguardaban a Marijaia en su día grande. ¿Por qué? Porque podían. No lo soñé, aunque sin duda, fue un sueño. (Gora Marijaia Gora Bilbo Gora Euskal Herria)

    Insisto Lope: desmayarse, atreverse, estar furiosa, áspera, tierna, liberal, esquiva…. No es el amor, es la vida. Ojalá al final podamos decir que todxs la probamos ya que a todos nos va a ahogar.

    Mientras recibo el alta hospitalaria un móvil suena a lo lejos con una melodía familiar. Es Cyndi.  Me siento una escolar. “Girls just want to have fun”. Seguro que dura poco tiempo. Así que me pongo a bailar. No vaya a ser que salga algo en el TAC y al final no vayamos a morir de amor…

  • Limpia, fija y da esplendor

    A la RAE he de decirle no le tengo devoción quitándole la tilde a sólo rompiéronme el corazón.

    Que si bien no tengo idea de concetos y acepciones, al español confundís con algunas de vuestras decisiones.

    Que si vuestro lema reza “Limpia, fija y da esplendor” os creéis subidos al Olimpo con dioses alrededor.

    Además he de añadir que su organización está obsoleta con sólo ocho mujeres ¿y les parece completa?

    Y vuelve la tilde a sólo pero a juicio del escribiente ¡lo que me quedaba por ver! Mátenme directamente.

    Pues si a nuestro juicio dejan la toma de decisiones igual es un buen momento de abandonar sus sillones.

    Moraleja: Yo la tilde a cada letra ocupada le pondría pero decir dónde sería una grosería o bien, hable y escriba como mejor le parezca pues no hay institución competente que otra cosa establezca.

  • Pelea de gallas

    Al rimar el otro día sobre reinas y bufones una amiga me ha retado a actualizar mis visiones.
    No sé si quiere que rime de Shakira o de elecciones o que me pierda en palabras cumpliendo sus condiciones.
    Tal vez hablar de Bitcoins, estrenos o sanidad en todo caso me insta a que hable de actualidad.
    Pero yo no tengo el arte ni el arrojo de Sara Socas que a los gallitos con sus rimas en las peleas calla bocas.
    Soy más bien aficionada, torpe, intrusa, alguien que juega a escribir para quien la escritura es excusa.
    Todos tenemos recursos para no volvernos locos de entre ellos en la escritura muchos ponemos el foco.
    Así pues si te parece que no escribo de lo que te gusta dedícame unos segundos y responde a esta pregunta.
    ¿Por qué habría de importarme lo que a tí gusta o aflige si a mi rima o a mi prosa mas que yo nadie dirige?
    Amiga en esta pelea me has tocado los ovarios así que te he rimado mi respuesta, lo veía necesario.
    Ahora si quieres me rimas la tuya en los comentarios,espera no tienes insta, no importa que sí emisarios.
    Moraleja: si a una amiga vas a retar el cubata te toca sujetar o bien tu mala opinión sobre mi rima no me afecta a la autoestima.

  • Coronación

    Semanas planificando el día de la coronación para que finalmente el protagonismo se lo lleve un bufón.
    Con harapos de colores y bailando cual derviche se ha caído sobre una mesa dando muerte a Fred el caniche.
    No era un caniche cualquiera, aunque ladraba como todos, era el perro de la reina, un can bastante dichoso.
    La reina llena de ira mas sabiéndose observada ha intentado ser magnánima y ha aplazado la venganza.
    Pensó que se vengaría como en alguna otra ocasión poniéndole hojas de sen a un buen trozo de lechón.
    Lo que resultó en un fiasco pues no había advertido de que nada hace un laxante en estómago vacío.
    Moraleja: El laxante solo es bien si te vengas de un marqués o bien antes de querer joder asegúrate de poder.

  • Gigantes

    Hace unos días leía una publicación en instagram de María Bastarós sobre cómo ha mentido toda su vida sobre su altura poniéndole un centímetro más a la real: 1,57 en lugar de 1,56. Me veo a mi misma mintiendo por lo mismo a lo largo de mi vida. En mi caso mido 1,56 también, pero cuando lo digo la gente no me cree y se crea una situación incómoda en la que busco dar credibilidad a un hecho objetivo, a una medida cuantificable. Mido lo que mido pero en diferentes situaciones me ha pasado que la gente no me cree. Asi que miento porque la verdad no les parece creíble. Miento porque no se creen que pueda medir lo que mido. ¡que vas a ser tan pequeña! ¡No puede ser! ¡Anda ya! ¿Le pasaría lo mismo a La Bastarós? Estando en la Universidad empecé a probar qué altura era la adecuada para mí -siempre según los demás-. Al parecer mi altura verídica y real no servía. Lo dejé finalmente en 1,60, una cifra redonda que parecían aceptar sin cuestionar. Ojo, que llevé el experimento hasta el 1,64 que para mi sorpresa aceptaban también. Me pareció exagerado. Insisto que yo mido 1,56 pero de esta forma no tenía que andar dando explicaciones sobre mi altura. En la actualidad si surge la cuestión y se me olvida la mentira nuevamente contesto 1,56. Y nuevamente volvemos a la incredulidad ¡que vas a ser tan pequeña! ¡No puede ser! ¡Anda ya! Si yo mido no sé cuánto tú no puedes medir eso. No discuto. Tengo la altura que me adjudican los demás -dentro de lo razonable-.La mentira verosímil. Si les hubiera parecido razonable 1,56 esa sería mi altura. Pero no ha parecido importar nunca lo que yo mida realmente.
    He llegado a la conclusión de que muchísima gente se cree más alta de lo que es y cree por tanto más alta también a los que le rodean. Una especie de fallo de Matrix donde todes creemos que los demás son como nosotros creemos que son y no cómo son en realidad.

  • Caldo concentrado

    Lo primero que supe de ella es que sabía diferenciar una libélula de un caballito del diablo. Así aprendí yo que no eran el mismo animal con diferente nomenclatura, como sucede con la mariquita que en Argentina la llaman vaquita de San Antonio. Pensé que para qué coño iba a servirle eso en la vida mientras me moría de curiosidad por saber exactamente la diferencia entre una libélula y un caballito del diablo. También sabía la hora exacta a la que entraba cada estación. Lo decía sin venir a cuento. Este año el otoño viene a las 3:05 -soltaba en abril. ¡ A las 21:19 ha entrado la primavera! Sabía un montón de datos y de cosas cuya utilidad era discutible. El número de botones que tuvo un par de zapatos de María Antoñeta ¿Te imaginas lo que tiene que ser ponerte y quitarte eso? El porcentaje exacto de cada metal en una aleación de la primera joya egipcia datada. La historia del púrpura de Tiro… La segunda cosa que supe de ella es que no soporta el silencio y por eso lo llena de forma frenética de datos e historias. Hoy hemos parado en un bar de carretera, hemos pedido caldo de pollo y me ha reprochado andar siempre buscando utilidad a todas las cosas. No todo sirve para algo. Y está bien. Este caldo es avecrem.
    Me está contando la historia del caldo concentrado.

  • Ano de rata

    A mi madre la llevan los demonios -dicho así por ella misma- oírme decir que tengo casi cuarenta. DiosMioLauraTienes37 sale de su boca como si fuera un torrente de agua, un rayo láser con el que la gustaría fulminarme.

    Hace unas semanas monté en metro en hora punta. Durante el trayecto sólo una persona no tenía los ojos clavados al smartphone. Sentí que si moría allí mismo me pisotearían durante todo el día y al final de jornada lxs empleadxs de limpieza me desincrustarían del suelo con asco. Qué coño es esto. Dale lejía. No sería noticia. Esa misma semana acudí a una clínica de cirugía estética para que cerrarán el agujero que me había dejado en la barbilla llevar el piercing 20 años y que después de año y medio sin él sigue sin cerrar. Entre botox, implantes mamarios y aumento de labios mi “Vengo a cerrarme la herida” Yo lo habría dejado así pero mi cerebro mandó la orden a mis brazos que coreografiándose bajan uno la mascarilla mientras el otro coloca el índice sobre la barbilla. Me susurro imbécil mientras una parte de mi cree haber perdido la oportunidad de curar el existencialismo a precio de cirugía ambulatoria. Tres visitas después es definitivo: Tengo un ano en la barbilla. Sí sí un ano. No saben explicarme cómo en mi barbilla ahora hay un “lugar por donde se expele el excremento” aunque en este caso el excremento es verbal o de pensamiento. Esto sí fue noticia pero tuvieron a bien preservar mi intimidad y en el artículo sólo pusieron mis iniciales. De mi edad no decían nada.

    Así pues a lo que iba, volviendo al momento con mi madre mientras ella dispara su DiosMíoLauraTienes37 a mí, por mi nuevo ano, al que llamo ano de rata por su tamaño y parecido con el del animal, se me escapa un EnSerioMamáEsoEsLoRelevanteAhora

  • La siesta

    La corriente de aire que entra por la ventana mueve las cortinas proyectando sobre la pared de enfrente de la cama una serie de sombras que a ratos la parecen personas a punto de asaltar el dormitorio. Cuando al fin consigue no sobresaltarse con ese vaivén de sombras y ya alcanzando la duermevela parece que las cortinas representan una especie de Pantomima. Como en un teatro de sombras el juego óptico va meciéndola en el sueño.

    Ayuda al sueño que es verano. En la Pantomima de la pared y fuera también. Oye lejana la dulce cadencia de las voces que retrasmiten el tour de Francia que ve su abuelo en el salón de la planta baja. Puede oir el calor que hace que el aire de castilla se vuelva pesado cada tarde de julio y hace cantar a las chicharras. Oye el ladrido desganado de los perros de la vecina con los que se enemistó hace unos días porque intentaron matar a su perra y de no ser por su abuelo, lo hubieran conseguido sin problemas porque Janis, la perra, es una chucha que no pesa ni 8 kilos y nada tiene que hacer frente a mastines y razas grandes. Por primera vez en su vida un animal le cae mal y no sabe muy bien qué tiene que sentir.

    Debido a este suceso y a que en los últimos meses han muerto varios familiares una idea la ronda en la cabeza: la muerte acecha. Mientras la vence el sueño las sombras de la pared ahora la parecen lobos dispuestos a atacar. ¿La muerte acecha como una sombra en la pared o como un lobo? Es igual, se dice a sí misma, no creo que importe, algún día me tocará el hombro y dará igual si es lobo o sombra. Decide en ese instante que esta será su última siesta.

  • Adaja

    Íbamos a pasar una buena tarde. Cada una llevaba en la mochila el bocadillo que le había preparado su abuela, un refresco y alguna chuchería. Bueno, Dani y yo llevábamos lo que todos conocemos como chucherías, Nora llevaba una lata de mejillones porque su abuela tenía un concepto diferente sobre lo que son las chuches, pero ella nunca se quejaba. Bajamos la cuesta del río haciendo una carrera con la bici. Siempre lo hacíamos, y Dani siempre ganaba porque era competitiva pero sobre todo porque era valiente y bajaba la cuesta –empinada y llena de curvas- como si no le importara que una piedra la hiciera volar por los aires y la estampara en el suelo, como me decía a mí mi abuela que me pasaría si bajaba como una loca. Suponía que algo parecido le decían a Nora porque ella también bajaba despacio. Llegué la segunda y tiré mi bici al lado de la de Dani. Nos quitamos la ropa y nos metimos en el agua. Fuera, Nora dejaba su bicicleta y sacaba el bocadillo. Para ella lo primero siempre era comer. ´Yo ahora voy que tengo hambre´, nos gritó desde el alto mientras se quitaba la ropa sujetando el bocadillo a la vez. Segundos después un torrente de agua nos arrastraba río abajo como dos jerseys sucios dando vueltas en la lavadora. No sé cómo, en medio de ese caos de troncos, ramas y piedras centrifugando Dani logró agarrarme y agarrarse, a su vez, a un árbol estable que quedaba en medio del agua. A penas podíamos sostenernos porque las ramas arrastradas nos golpeaban. Miramos a nuestro alrededor, no veíamos a Nora, ni las bicis, ni sabíamos dónde estábamos. Observé los labios de Dani temblorosos mientras me decía que teníamos que pensar cómo salir del agua o el agua nos arrastraría. En ese momento me dí cuenta de que íbamos a morir. Estábamos demasiado lejos de cualquiera de las dos orillas como para conseguirlo. Encontrarían nuestros cadáveres hinchados flotando más allá de Arévalo y sería el tema del verano en toda la comarca. Como cuando Manuel e Isi se perdieron en los pinares; Con helicópteros como ese día pero sin final feliz. No dije nada pero creo que Dani estaba pensando lo mismo que yo. Tenía cara de estarse imaginando a sí misma hinchada y flotando boca abajo cuando oímos nuestros nombres. El cuerpo de Nora vestido con un bikini de rayas, sus pies descalzos sucios y arañados, restos de la grasa del chorizo de aquel primer bocado en las comisuras de los labios: Nuestra salvadora. Sin apenas darle tiempo a llegar a la orilla Dani le pidió a gritos que fuera al pueblo a por ayuda porque ella no iba a poder sacarnos sola porque estaba flaca. Nora se alejaba a por su bicicleta y entonces Dani le gritaba que no se fuera, que el pueblo estaba muy lejos y que para cuando llegara con la ayuda ya estaríamos muertas. Nora volvía sobre sus pasos y cuando ya podíamos verla de cuerpo entero Dani volvía a pedirla que fuera a por ayuda al pueblo. Y cuando se alejaba la volvía a pedir que volviera. Y así una y otra vez hasta que por fin Dani le pidió que buscara algo que pudiéramos usar para salir y que se pudiera atar a algún árbol. A mí a estas alturas me parecía como si los troncos que pasaban a nuestro lado pudieran resbalar sin hacernos daño porque nos habíamos convertido en juntos flexibles pero lo que pasaba es que la hipotermia hacia que ya no sintiera dolor en las piernas y estaba casi al borde de perder el conocimiento. ´Mueve las piernas boba´, me grito Dani sacándome de mi ensoñación, ´¿no sabes que hay que moverse para generar calor?´. Dani a veces nos habla como si fuera una profesora cansada de enseñar las mismas cosas, aunque esta vez la frase estaba dicha con el tartamudeo del frío que también le producía la hipotermia. Empecé a mover las piernas y a balancearme como ella hacía con sus labios azules. Éramos sirenas. Nora encontró una cuerda. Pero era corta. Así que la ató a un tronco que flotaba en la orilla pero ningun árbol quedaba lo suficientemente cerca para atar el artefacto así que Nora sujetaría el otro extremo. Dani decidió que yo cruzaría primero porque pesaba menos que ella y luego entre Nora y yo la sacaríamos a ella. Yo estaba muerta de miedo y Dani debió de notármelo porque añadió con su estilo de profesora tartamudeando “tete aagarras al trotronco y tete dejas llellevar, hahaces una paparábola hasta la orilla y aaaallí ya sasasales.´ Yo no sabía si lo que decía era verdad ni sabía lo que era una parábola porque Dani y Nora tenían un año más que yo y a veces no sabía si hablaban de cosas del colegio que yo aún no había aprendido o simplemente me tomaban el pelo. En todo caso quise creer que haría la mejor parábola posible y todo saldría bien. Y no sé muy bien cómo, así fue. Nora volvió a tirar el extremo de la cuerda atado al palo mientras yo me abrazaba a ella para hacer más peso. Dani se agarró y cruzó pero fue a dar a una zona más difícil por la que salir del agua que la obligó a soltar la cuerda para no arrastrarnos a nosotras que nos tambaleábamos y se agarró a unas raíces próximas a la orilla. Me solté de Nora y fui a ayudar a una Dani apurada. Oí a mis espaldas un golpe extraño, sordo, como imaginaba sonaría mi cabeza estampándose contra el suelo por bajar como una loca la cuesta del río como decía mi abuela. Solo que no había sido mi cabeza, sino la de Nora que había perdido el equilibrio cuando la había soltado y arrastrada por el tronco que nos había ayudado a salir que aún estaba en el agua había tropezado y caído sobre una piedra dándose un golpe mortal en la cabeza. Su cuerpo fue encontrado hinchado y flotando más allá de Arévalo.

  • Insomnio

    A Mika, mi perra, un moco se le hincha y deshincha en la trufa al compás de la respiración. Hincha moco. Veo las olimpiadas de Tokio. Deshincha moco. Lxs deportistas olímpicxs son mucho más jóvenes que yo. Hincha moco. Los estadios vacíos me hacen llorar. Deshincha moco. No sé cómo se llaman lxs medallistas. Hincha moco. Nunca voy a acertar los quesitos naranjas del Trivial. Deshincha moco. Hace años que no juego al Trivial. Hincha moco. ¿Se sigue jugando al Trivial? Hincha moco. Explota moco. Boom. Me he hecho mayor durante la peste. El moco se rehace. Hincha de nuevo. La peste, la puta peste. Deshincha moco. Los estadios vacíos me hacen llorar.