Categoría: Leo, luego escribo

Relatos y poemas originales agrupados por temática en cuatro subcategorias.

  • Agua salá

    Sumergida en agua te dejamos
    y te imagino con tu voz de Sebastián animando fiestas en corales.


    Con agua salada te has fundido y eres la espuma que vuelve a la orilla, las gotas que escapan al romper la ola.

    El templado mar que te ha acogido va a llenarse de bañantes y bañantas.
    ¡Ansiosos urbanitas se remojan en lo que hoy es tu casa amiga mía!

  • Panadera

    Hasta ese momento la vida había consistido en reponerse sin remedio a las pérdidas, a los callos de su tía y a los madrugones de su oficio dejando todo lo demás indebidamente aplazado.
    Su madre se había marchado años atrás dejando sólo una nota que decía “regad los muebles” y en aquel instante había decidido, aunque aplazado, volverse excéntrica.
    Entretanto hacia pan. Pan normal. Pan sin más. Amasaba, fermentaba, daba forma y horneaba unas 150 hogazas al día, más de mil panes a la semana. Casi un millón desde que su madre se fue. 194.300 desde la última nevada.

  • Rutina

    El aroma a café recién hecho que desprendía su entrepierna podía indicar que eran las 10 o las 17 horas. Uno nunca podía saber cuándo se había levantado de la cama pues pasaba el día despeinada y en camiseta. Tras hacer la comida oportuna -desayuno, merienda- se dejó un trozo de tiempo entre los dientes. Se lo advertí y refunfuñó. Se sentó a seleccionar las madrugadas mientras silvaba la marcha del coronel Bogey. Nos habíamos convertido en la resistencia, ahí exiliados de nosotros mismos y de lo que habíamos sido; forasteros sin saber muy bien cuántas batallas habíamos ganado. No recordamos la última vez que abrimos las ventanas ni a dónde lleva el camino que sale de detrás de la casa. Aquí sólo hay cajas llenas de munición y rutina. Cualquier día, ésta última, acabará con nosotros.

  • El perfume

    Hay una tienda en Velázquez en la que entro a veces sólo porque huele a tí. He intentado que diferentes dependientes me den algún dato sobre qué aroma usan pero aparte de mirarme extrañados, alegan secreto profesional y no me dicen el nombre del perfume, aunque sí me han contado que lo crea exclusivamente para la tienda desde Mallorca una familia de perfumeros. La última vez que pregunté escuché como uno de los dependientes le explicaba a una compañera que yo era la loca de los olores.
    Desde entonces ya no pregunto. Solo entro. Entro y huelo. Huelo un rato. Te huelo. Dejo que tu olor invada mis ennegrecidos pulmones y me reviente el cerebro de recuerdos. Cuando siento que las emociones se han desparramado por el suelo agotadas, recojo mis obsesiones y me voy.
    Todo un viaje emocional que me encantaría poder contar
    al dependiente que busco poder hacerlo en privado y cuando quiera y por eso necesito el perfume. Es igual, este verano buscaré a la familia de perfumeros en Mallorca.
    No soy una loca. Soy una yonki emocional.

  • Declaro

    Tengo las ganas de verte intactas y medio limón en la nevera

  • Primas

    Mi prima Maite,especialista en tecnología de los alimentos, trabaja en el departamento de I+D de una gran conservera de la ría de Pontevedra. Hace unos años, durante una cena, nos explicaba lo importante que resultaba para la industria para la que trabaja los conceptos de peso neto y peso neto escurrido, que no son equivalentes y permite a la industria engordar el producto final con líquido conservante (aceite, agua de cocción….). Las siete debatimos durante la noche sobre la industria alimentaria y sus usos. También bailamos danza kuduro, pero no viene a cuento.
    El caso es que hemos estado hoy las seis viendo como Virginia defendía ante el tribunal su tesis doctoral en física teórica: Tiempo escurrido, la búsqueda del fluido conservante del Universo. Le han calificado cum laude y orgullosas lo hemos celebrado hinchándonos a berberechos, evidentemente de lata.

  • Nieva

    Precipitas. Estás en cada copo.

  • Lluvia

    No aguantaba más y esta mañana me he llovido. Y al fin he empezado a oler a pensamiento mojado -que es casi mejor que el olor a hierba- y cuando se me ha inundado la cabeza por completo los pensamientos han empezado a fluir en torrentes de agua de mi cabeza al suelo. Y yo pensaba -si es que uno puede pensar con la cabeza llena de lluvia- «adiós pensamiento mojado, ojalá llegues al mar». 

  • Pereza

    Vino muy preocupada a contarme que en su última mudanza perdió, entre otros libros, «el caballero de la armadura oxidada», «juan salvador gaviota» y «el principito» Parecía creer que la vida intentaba decir algo con estas pérdidas y que yo podría ayudarle a entender què significaba. Escuché durante largo tiempo. Ella estaba francamente afectada y yo no sabía qué decir. Acabamos la cochinita pibil y serví café. Sólo entonces dije: mira, a tí te gusta creer que es la literatura lo que siempre te ha salvado de la muerte pero yo creo que ha sido más la pereza; así que puedes estar tranquila: no va a pasarte nada.

  • Terapia

    Una vez que tenía examinado bien al terapeuta, tras varias sesiones, me caía bien, le solté mis 21 cuadernos…. «No me mire así…Con 8 años me rompí la cabeza del fémur y alguien tuvo a bien regalarme un cuaderno. Lo agradecí enormemente…. No me malinterprete pero estaba cansada de leer, de mirar por la ventana…. Calculo que serán unas 20 horas de lectura, no más. Hágame precio» Luis, que hasta entonces había resultado un terapeuta cojonudo ahora está en paradero desconocido.