¿Cómo va el gotelé del desamparo?
¿borrando de la pared las decepciones?
Si te sobra titanlux del de colores,
hago trueque y te regalo mi catarro.
Relatos y poemas originales agrupados por temática en cuatro subcategorias.
¿Cómo va el gotelé del desamparo?
¿borrando de la pared las decepciones?
Si te sobra titanlux del de colores,
hago trueque y te regalo mi catarro.
Disminúyame la conciencia
Llévese hasta el tuétano
Vacíeme las risas
Lléneme de infiernos.
«Gregorio Samsa (…) se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto» y así lo deja Kafka (atención spoiler) durante más de un año, sin salir del dormitorio, llenándose de polvo como un mueble hasta morir de inanición y hastío. Jamás supo Gregorio que afuera era primavera.
Durante toda su vida le acompañaron las náuseas. A veces las causaba un olor, el sabor del primer café, una visión, el comentario de un semejante. A veces no tenían causa aparente. Culpaba a la náusea de Sartre. Había leído el libro durante la adolescencia, en una época en la que era impresionable y a consecuencia de la lectura, desde entonces, la vida misma le producía náuseas. «Maldito existencialismo» pensaba mientras una bocanada de reflujo gástrico le quemaba el esófago y el diafragma se le encogía. Últimamente la vida se limitaba a acabar el día sin vomitar.
Para qué ponerle una fecha a la historia que voy a contar? La lluvia hacía crecer la hierba; al domingo le seguía el lunes y seguían vigentes mil prejuicios como ese de que los gatos y los perros no se llevan bien.
Dicen que el loto, cuando se parte su tallo, crea un hilo prácticamente imperceptible para nuestros ojos entre los dos pedazos, un fino hilo que sostiene ambas partes unidas aunque ya no lo estén, una pequeña unión que resiste metros de separación hasta romperse definitivamente…… Lxs buenxs amigxs son como el loto, aunque estés separada de ellxs, pequeños hilos imperceptibles mantienen la unión…..
Al pedir su copa, le sirvieron también algo de sinceridad. «Se lo agradezco, pero no es necesario, ya sólo vivo simulacros» contestó y se marchó montado en su fújur. No tenía un lugar al que regresar ni falta que le hacía….
Se ha popularizado la creencia de que el ser humano distingue diferentes tipos de color verde debido a que nuestros prehistóricos ancestros necesitaban tal adaptación para sobrevivir…. Pero esto es sólo una teoría, ya que realmente, que podamos diferenciar tantos tonos de un mismo color depende de nuestra anatomía, ya que los responsables de la detección del color son unos conos presentes en las retinas que son sensibles a los colores verde, rojo y azul. Si diferenciamos más los verdes es porque cualquier color que recibimos activa los conos sensibles al verde en mayor o menor medida…. Si fuera una cuestión adaptativa sabríamos diferenciar a los gilipollas de lejos, eso sí que es vital para la supervivencia
Le costaba mucho concentrarse en otra cosa.
El yoga no le servia, ni la alimentación sana, ni las drogas, ni las terapias….
Él, que se había ganado la vida como clarinetista en una filarmónica de prestigio internacional tocando grandes piezas, interpretando solos a la altura de Meyer. Él, que adoraba el jazz de los años 30 y aquellos matices de Sydney Bechet o Jonny Dodds. Él, que podía escuchar cualquier música y a continuación desentrañarla con su clarinete porque estaba dotado de un oído virtuosísimo.
Él era incapaz de sacarse de la cabeza la canción pachanguera del pasado verano.
En su nota de suicidio ha dejado escrito: “Esta noche doy serrucho, serrucho, serrucho”
El mundo le reventaba en la cabeza a la altura de la sien izquierda. Había sido así desde que había tenido consciencia de sí mismo por lo que nunca se quejó. A consecuencia del dolor el cuerpo adoptaba una posición antinatural, casi ortopédica: la cabeza inclinada sobre el hombro izquierdo que a su vez se erguía hacia la cabeza rompiendo la horizontal con el hombro derecho, lo que le llevaba a su vez a descompensar las caderas en el sentido contrario arrastrando la pierna izquierda y levantando la pelvis derecha con una cojera muy particular y zozobrante, hipnótica diría. Debido a tal posición también había desarrollado una cifosis muy pronunciada que había dado origen al apodo con el que le conocían por París.
Víctor Hugo le amó toda su vida.