Categoría: Quién lo probó lo sabe

Pero el amor, amor, esa palabra…

  • No seremos

    No seremos poesía ni abrigo ni aliento. No seremos jadeo ni baile ni caricia. No seremos encuentro ni madrugada ni niebla.

    No seremos.

    Nadie bailará por nosotros. No llegarán cartas a casa. Ningún perro vendrá a buscarnos a la puerta. No habrá camino que termine en noche.

    No seremos.

  • Rutina

    El aroma a café recién hecho que desprendía su entrepierna podía indicar que eran las 10 o las 17 horas. Uno nunca podía saber cuándo se había levantado de la cama pues pasaba el día despeinada y en camiseta. Tras hacer la comida oportuna -desayuno, merienda- se dejó un trozo de tiempo entre los dientes. Se lo advertí y refunfuñó. Se sentó a seleccionar las madrugadas mientras silvaba la marcha del coronel Bogey. Nos habíamos convertido en la resistencia, ahí exiliados de nosotros mismos y de lo que habíamos sido; forasteros sin saber muy bien cuántas batallas habíamos ganado. No recordamos la última vez que abrimos las ventanas ni a dónde lleva el camino que sale de detrás de la casa. Aquí sólo hay cajas llenas de munición y rutina. Cualquier día, ésta última, acabará con nosotros.

  • Declaro

    Tengo las ganas de verte intactas y medio limón en la nevera

  • Nieva

    Precipitas. Estás en cada copo.

  • Andrómeda

    – ¿Qué mañana? Si mañana es hoy.

    Así de tajante respondía ella mientras abría la ventana. Afuera, aguardaba una lluvia que ardía y, adentro, constelaciones de caricias revolvían su pelo.

    Su pelo, que aún ondea como bandera de Andrómeda, es mi desayuno preferido los domingos.

  • Me gusta

    Me gusta cuando remueves el arroz con leche. Y me gusta cuando intentas aguantarme la mirada y acabas bizqueando y riendo y entonces yo comienzo también a bizquear y a reír. Y me gusta cuando vamos de la mano y canturreas. Y me gusta cuando abres un libro en la cama y me ofreces un párrafo que acaba de encantarte. Y me gusta que de madrugada te levantes con cuidado, y con insomnio, a liarte un cigarro en el sofá, e intentes que no descubra lo mucho que te cuesta la normalidad.

  • Terapia de pareja

    El día que habían convenido para cesar su convivencia, la nieve bloqueó la entrada de la casa con casi metro y medio de espesor.

    El invierno les estaba condenando a entenderse.

  • Huracán

    No. No todos somos niebla. Ella decidió ser huracán y llegó para revolverme los huesos, las ideas y las estanterías.

  • Reincide

    Reincide.

    Rómpeme cada alegría con tus miserias.

    Estreméceme.

    Hazme sentir vergüenza y admiración por mi prójimo, amor y asco por mi semejante.

     

    Reincide.

    Rómpeme las miserias con tus milagros.

    Revuélveme.

    Arráncame los prejuicios y los amigos, ventilame el hastío y los domingos.

     

    Reincide.

    Muérdeme las horas.

    Mátame tiempo.

  • Regalo

    Le contó que le entusiasmaban los espacios cerrados y ella le regaló su agorafobia